Ya estamos de nuevo a las puertas de unos Juegos Olímpicos, que no Olimpiadas, los medios de información se llenaran de líneas, imágenes y sonidos procedentes de Londres y en apenas algo mas de un mes todo quedará en silencio. Comenzará una nueva Olimpiada y una renovación de ilusiones para muchos y de nuevas oportunidades para otros pero sobre todo de trabajo.
La prensa se ocupará de aquellos deportes que no han tenido importancia a lo largo de cuatro años, y en algunos casos, se aprovechará la ocasión, para poner un poco más de leña al fuego, olvidando el espíritu real que mueve a la mayoría de los deportistas. Comentarios, leyendas urbanas y no urbanas, cotilleos de la villa, etc.
Se avecinan unos Juegos pasados por agua, es Londres, que podíamos esperar. Aún así cada uno de los deportistas que acuden a la cita, la gran mayoría, lo hacen con el convencimiento que, quizá, sea la única oportunidad que tienen en su vida de juntarse con el Olimpo, otros, sin embargo, optarán por preservar su futuro financiero.
Se realizarán pronósticos basados en la cantidad de medallas y del color del metal de las mismas, y la historia recordará, en mayor o menor grado solo a tres. Pero lo importante no es la gloria olímpica, aunque de ello se trate, lo importante es preservar, de alguna manera, un espíritu milenario, un espíritu que en los últimos años esta siendo amenazado por muchos flancos.
Se habla de casos de dopaje, se habla de retiradas a última hora, se habla de genios y figuras, se intenta establecer un ambiente que capte la atención de muchos "ciudadanos".
Personalmente me gustaría llamar la atención de aquellos cuya máxima, es "Men sana in Corpore Sepulcro". Si escasos lectores de este humilde blog, habéis leído bien, algunos estiman, por no decir que confirman, que el deporte embrutece la mente, que ambas cuestiones son incompatibles y deforma aquella máxima que los padres de nuestro actual occidente pusieron como regla de la vida sabia. Como se equivocan, al igual que cuidamos el contenido se debe cuidar el continente, y los Juegos Olímpicos son una herencia cultural innegable.
Muchos atletas que acudirán a estos juegos, son estudiantes, ingenieros, periodistas, etc. Personas que cultivan su mente al igual que su cuerpo, ya que son conscientes, por suerte, que aún hoy en día, la inmensa mayoría de los deportes, salvo aquellos que producen un beneficio económico a terceros, les ofrecen un futuro a corte y medio plazo. Vivir del deporte es algo que exige vocación, valentía y grandes dosis de aventura.
Por eso en estos Juegos Olímpicos abrogaría por una racionalización de su espíritu, una concepción académica, platónica, aristotélica, una actitud que trajera consigo la recuperación de aquel concepto de la antigua Palestra, donde muchos jóvenes se educaban en muchos aspectos de la vida, algo que por lo visto, nuestro sistema educativo actual ha olvidado por completo. Aunque, es muy probable que este sistema educativo solo refleje las verdaderas carencias de nuestra sociedad actual, donde lo importante es ganar no saber, lo importante es tener, no valorar, donde lo importante es aparentar no ser.
Es por lo que me temo, y gracias a los de siempre, que estos Juegos volverán a ser un espectáculo más con falta de la esencia profunda, una esencia que hace muchos años que esta perdida, aunque confío que la razón y la poca inteligencia humana que queda la recupere.
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