domingo, 17 de mayo de 2009

¿Cuál es el origen del salto con pértiga?

El salto con bastón ya existía en muchas culturas antíguas, se buscaba, no saltar lo más alto posible, sino llegar lo más lejos posible. Se tienen referencias de saltos con garrocha en los juegos taiteanos que se celebraban en Irlanda entre los años 1829 y 554 a.C.

En los movimientos gimnásticos centroeuropeos, Gus Mutis, en 1793, detalló la forma de saltar con pértiga. Estas pértigas eran de madera, se tomaban carreras de impulso muy cortas y se saltaban alturas algo superiores a los 2 metros. En los British Rural Sports, en 1855, ya se recomendaban las pértigas de bambú.

En 1874, en el Ulverston Críquet Club, se revolucionó el sistema de salto. Se utilizaban pértigas de fresno y nogal con un trípode en la base. El saltador plantaba el trípode y comenzaba a trepar por la pértiga, estilo prohibído a finales del siglo XIX, sustituyendo el trípode por una puya metálica. En 1922 se diseñan los primeros cajetines.

Posteriormente las pértigas se construían de acero para pasar, en 1960, a la fibra de vídrio. El dominio mundial de la especialidad, fue hasta los Juegos Olímpicos de Munich de EEUU, en donde el alemán Norwing es el único atleta capaz de romper dicha hegemonía. Posteriormente la escuela Rusa paso a dominar la especialidad.

La ligereza de la fibra de vídrio permite que se doble tras la batida, agarres mas altos y una propulsión vertical del saltador al franquear el listón.

El tipo de pértiga a utilizar dependerá del nivel técnico del saltador, de su peso y la velocidad con la que llega a la batida. A mayor velocidad, peso y nivel técnico, se utilizarán pértigas más duras y largas.