martes, 27 de mayo de 2008

¿Cómo fue el comienzo de la mujer en el atletismo?


Fue Ferenice de Rodas, hija de Diágoras, vencedor en el Pancratium o lucha, la prueba más gloriosa de los Antiguos Juegos Olímpicos y hermana de varias ganadoras en los Juegos Femeninos, quien se vistió de hombre para aconsejar a su hijo desde el borde de la palestra. Esto era contrario a la norma que prohibía expresamente a las mujeres asistir como espectadoras a los Juegos masculinos, y casi le costó la vida.

Gracias a los consejos de su madre, y por méritos propios, Pisíropodos ganó la corona de laurel y Ferenice se precipitó a abrazarle. Se abrió su túnica, dejando al descubierto su condición femenina. Sólo el prestigio de su familia libró a esta mujer de la muerte. Lo extraño del indulto es la razón por la cual ha llegado hasta nosotros su historia.

Las mujeres, no obstante, tenían sus propios Juegos en la Grecia Clásica. Eran en el mes de Septiembre poco tiempo después de los masculinos. Al contrario que en Atenas, donde las muchachas se dedicaban a esperar a su futuro marido, Licurgo decidió que las espartanas compitiesen entre sí por "su rapidez y su fuerza, pues la misión esencial de las mujeres libres consiste en engendrar hijos vigorosos" Su prueba consistía en una carrera de unos 160 metros. La ganadora recibía una corona de laurel y un trozo de la vaca sacrificada a Hera, la diosa de la fecundidad, que representaba loa valores maternales.

Cuando a finales del siglo XIX el movimiento creado por el Barón de Coubertin puso en marcha los Juegos de la Era Moderna, a las mujeres no se les reservó ni unos Juegos paralelos.

martes, 20 de mayo de 2008

¿Cómo ha evolucionado el salto de altura?


Los Juegos Tailteann irlandeses del siglo XVIII antes de Cristo, algo parecido a unos Juegos Olímpicos célticos, fueron, parece ser, el inicio de esta particular especialidad. El 26 de Septiembre de 1812 en Innerleithen, Escocia, el británico Adan Wilson estableció la primera marca conocida en un encuentro atlético, salto 1,57. Wilson obtuvo un premio en metálico por esta competición. Estas primeras competiciones de salto de altura se mantuvieron activas en Gran Bretaña, hasta que fueron exportadas a Estados Unidos, donde se tiene constancia de la primera marca que se puede considerar como la mejor marca oficiosa. El joven atleta Sweeny, de 23 años, en el estadio de Maniatan, sobrepasó 1,97 el 21 de Septiembre de 1895.

Se podían distinguir dos modalidades de salto de altura, con impulso y sin impulso. En los Juegos Olímpicos de París 1900 y en las tres olimpiadas siguientes, se hizo en su doble forma. Los primeros saltadores franqueaban el listón con el estilo de tijera, técnica que consistía en, tras una corta carrera, afrontar el listón con un movimiento de tijera con sus piernas, en el que primero pasaba una pierna y después la otra. Con esta técnica se llegó a superar la altura de 1.97 metros. Aún hoy podemos ver esta técnica en las ruedas de calentamiento de las competiciones.

El estilo rodillo costal o californiano, supuso una mejora en los saltos. Desarrollado por el norteamericano George Horine. En este estilo el atleta rueda lateralmente sobre el listón. Esta técnica permitió a Horine convertirse en el primer hombre en superar la barrera de los 2 metros de altura.

El siguiente avance se produjo mediante un perfeccionamiento de la técnica del rodillo costal, lo que derivaria en el estilo de rodillo ventral, en el cual el atleta ataca el listón de frente, se sitúa sobre el listón pasando primero una pierna y un brazo y gira sobre el eje imaginario que formaría su propio cuerpo sobre el listón. Esta técnica fue desarrollada a mitad del siglo XX por los saltadores rusos, logrando con ello situarse como los grandes dominadores de la prueba. Valeri Brumel, superó con este estilo la altura de 2.28 metros.

En 1968 en los Juegos Olímpicos celebrados en México aparece Dick Fosbury un joven saltador estadounidense, desconocido hasta entonces, que utilizaba un nuevo estilo de salto, tan revolucionario que los jueces no estaban seguros de dar por válidos los saltos. Su técnica de salto, conocida como estilo Fosbury Flop consistía en acercarse al listón en carrera y saltarlo de espaldas levantando las dos piernas en el último instante.

Una sensación de incredulidad prevalecía ante el singular estilo de Fosbury. Los aficionados creían que se trataba de una broma. "Cuando la final se ponga seria, el americano saltará como los demás", decían. Fosbury superó los 2,24 y batió el récord olímpico.

Desde aquellos juegos de 1968, todos los ganadores, menos Tarmak en 1972, han utilizado el estilo Fosbury. Ningún saltador con aspiraciones a ganar una competición de esta especialidad practica otro método de salto. O Fosbury o nada.

lunes, 12 de mayo de 2008

¿Cuál es el origen de las pruebas de relevos?


Antiguamente esta modalidad estaba muy extendida en las celebraciones funerarias. El objetivo era transportar la llama de un fuego sagrado a algún lugar de unas colinas, por medio de unas antorchas hechas de la medula del arbusto narthex. Poco a poco se fue evolucionando hacia una carrera ritual de un altar a otro.

En la carrera de relevos de Atenas, se encendía la antorcha en el altar de Eros, erigido en la academia de platón, y se portaba sobre una distancia de 1600 m, aproximadamente, a la necrópolis honoraria del kerameikos.

En el museo británico de Londres hay un relieve de la diosa artemis bendis portando una antorcha, al lado de la diosa hay dos gimnastas barbudos vestidos con túnicas, uno de los cuales entrega una antorcha. Les siguen 8 atletas, en 2 equipos de 4, el primero lleva también una antorcha. Contemos, dos antorchas, dos profesores y 2 equipos de 4 hombres, lo que significa una carrera de 4x400. Las antorchas eran de cera y con plato para proteger las manos.

Unas instrucciones anónimas para rectores del año 8 AC, indican claramente su carácter de carreras de relevos:

"Así como en la palestra el que recibe la antorcha es más veloz que el que la entrega, ya que el corredor cansado da la antorcha al corredor fresco."

jueves, 8 de mayo de 2008

¿Qué es un récord fantasma?

Son aquellos que no son reconocidos como tales por diversas causas. La más conocida suele ser el viento excesivo que en algunos casos sopla a favor del competidor, a mas de 2 metros/seg. Pero en la historia del atletismo ha habido otros motivos, desde récords obtenidos por mujeres que luego resultaron ser hombres, casos de doping, y hasta el más burocrático motivo de no reconocer un record por ser profesional el atleta que lo conseguía.

Veamos algunos casos.

El estadounidense Eddie Olan, en 1930, no vió reconocido su record de 10"2 en los cien metros lisos porque los jueces argumentaron que la pista no era totalmente llana. Hasta ahí todo normal, pero resulta que la pista no estaba cuesta abajo, sino ¡cuesta arriba!, por lo que el record aún tenía más mérito.

Bastante inusual parece el motivo por el que el estadounidense Melvin Walker se quedó sin record de altura (2,08 m) en 1937, en Estocolmo: Según testimonios de la época el listón cayó al suelo ¡ varios minutos después de haber saltado !. No se concibe cómo los jueces pudieron esperar tanto.

El norteamericano Ralph Spearow saltó 4,22 en pértiga el 5 de noviembre de 1924, en Tokio, que era record mundial, pero cuando se midió de nuevo la altura resulta que la barra estaba colocada sólo a 4,19 m, y el record vigente estaba en dos centímetros más.

Parecido problema tuvo el estadounidense Mike Tully. Saltó 5,71 en Corvallis, el 15 de mayo de 1978, cuando el record del mundo estaba en 5,70. Al remedir, la barra cayó al suelo y cuando se efectuó esa segunda medida, resultó que el listón estaba a sólo 5,69 m, probablemente porque se había deformado con el golpe.

Ya lo decía el profeta Mahoma. El que no se equivoca nunca, es porque nunca hace nada.

domingo, 4 de mayo de 2008

¿Cuál es el motivo de que la distancia del Maratón sea de 42,195 Km?


El general ateniense Milíciades el joven, decidió enviar un mensajero a dar la noticia a la polis griega. Y aquí se mezcla la historia con la leyenda: Phillípides, además de haber estado combatiendo un día entero, tuvo que recorrer una distancia entre 30 y 35 km, para dar la noticia, puesto que la ciudad de Marathon está al noroeste de Atenas, a no mucha distancia. Tomó tanto empeño en llegar a su destino a la mayor brevedad que, cuando llegó y cayó agotado, sólo pudo decir: "Niké" (nombre de la diosa de la Victoria).

Otra versión nos la da el historiador Herodoto, según él Phillípides fue enviado hacia Esparta para pedir asistencia militar, y poder repeler la invasión de los persas, quienes estaban avanzando hacia Marathon. Según Herodoto, Phillípides corrió desde Atenas a Esparta en dos días, recorriendo 240 km. Afortunadamente para los corredores de hoy, los fundadores del C.O.I. tomaron la primera versión y fijaron la distancia de la carrera en 40 km.

A pesar de que muchos creen que solo por eso la Maratón recibió su nombre es incorrecto, ya que en general los soldados griegos eran excelentes corredores y en esa batalla todo el ejército ateniense debió correr una gran distancia para llegar a la costa de su indefensa ciudad antes que los barcos persas.

La primera maratón olímpica se corrió sobre una distancia de 49 km, y la ganó un pastor griego, Spiridon Louis, que fue reclutado a la fuerza por el ejército nacional para este evento.

La distancia sobre la que se competía, fue variando a lo largo de las primeras olimpiadas, oscilando entre los 40 y casi los 43 km (exceptuando los primeros juegos, en los que se corrieron 49 km).

¿Cómo llegamos a los 42,195 km actuales? Esta distancia tan poco exacta se la debemos a los británicos. En los juegos olímpicos de Londres de 1908. La prueba en un primer momento, iba a disputarse sobre la distancia de 40 Km., pero la familia real Inglesa quiso que la carrera terminase en el Palacio de Buckinham, a unos 2 km más del recorrido inicial, la lluvia hizo acto de presencia y se decidió reubicar la llegada a los soportales del palacio, donde la familia real inglesa fue desplazada para protegerla del aguacero, siendo la distancia existente entre la meta y los citados soportales de 195 metros, que sumados a los 42 km anteriores dan la distancia total de 42,195 km, la cual permanece como distancia oficial hasta hoy.

Un capricho real que ha configurado la distancia mítica del Maratón.