lunes, 23 de abril de 2012

¿Quieres entrenar? Reflexiona.


En el día a día de mi labor como entrenador son muchos los chicos y chicas que se me acercan con la intención de iniciar un entrenamiento, incluso, yo mismo, si detecto algún valor con posibilidades, le propongo iniciar un trabajo de formación a largo plazo, en donde ellos son libres de elegir la práctica del atletismo con fines competitivos o lúdicos.

No obstante es en aquellos, que aceptan un compromiso de trabajo en el deporte, en los que quiero centrar mis líneas en esta ocasión. En la mayoría de las ocasiones no se piensa con detenimiento en las implicaciones del binomio atleta y entrenador y a veces el trabajo se desperdicia con las desilusiones que todo ello acompaña. Bien por unos objetivos demasiado poco realistas, o bien por una visión equivocada del nuevo atleta y por una fuerza de voluntad y constancia poco educada, son muchos los abandonos tempranos.

Pero quizá todo esto lo explique mejor un texto clásico, concretamente del filósofo estoico Épicteto.

"En todo lo que haces piensa en los preparativos necesarios, piensa en loas consecuencias, después ponte a la obra. ¿Quieres por ejemplo vencer en los Juegos Olimpicos? Por supuesto también yo lo querría, lo aseguro, porque es una cosa hermosa. Pero reflexiona en el entrenamiento previo y en las consecuencias. Deberás someterte a una disciplina severa, comer según una prescripción, renunciar a los placeres gastronómicos, deberás entrenarte bajo órdenes y a la hora prescrita, ya haga calor o frío, ni vino, cuando tengas ganas: en resumen tendrás que someterte a tu maestro como a un medico.

A continuación, será la prueba misma. Puedes dislocarte un brazo, torcerte un pie, tragarte una porción buena de polvo, con frecuencia recibir golpes y a fin de cuentas incluso ser vencido.

Pese a todo esto y si aún tienes ganas, pues bien ¡adelante! De otro modo, te parecerás a los niños que hoy luchan juntos, y mañana juegan a los soldados, tan pronto soplan en sus trompetas, como hacen teatro. Lo mismo te ocurrirá: hoy luchador, mañana gladiador, pasado mañana orador, finalmente filósofo, sin ser nunca nada a fondo. Como un mono, imitas todo lo que ves: hoy esto te gusta, mañana eso. Te has puesto a la obra sin reflexionar, no has considerado el asunto bajo todos estos aspectos.

Puedes ser un luchador, un atleta: ¡bien! mira tus brazos y tus muslos, examina tus caderas. Porque todo el mundo no es bueno para todo. ¿Piensa ahora que, filósofo, podrás, como antes, beber y comer lo que te gusta, seguir tus gustos y lo que no te gusta? deberás privarte de sueño, dejar tu familia, dejar al primer tunante reírse de ti."

Todos tenemos en nuestros pensamientos nuevas empresas por iniciar, o al menos una intención de intentarlo, antes, deberíamos reflexionar sobre lo que debemos emplear de nuestra vida para conseguirlo, sobre todo cuando el trabajo de otras personas puede estar implicado. El entrenamiento atlético, cuando se marca un fin, una meta nercesita una dedicación, una constancia, un sacrificio, muchas decepciones antes del triunfo, si es que este llega, y muchas veces, en estos tiempos que corren, se deja de lado, el trabajo estoíco.

Nuestros jóvenes estan algo desorientados en esta faceta, quizá sería bueno emplear algún tiempo en las escuelas e institutos a la filosofía estoica aunque solo sea por inculcar algo de la fuerza del pasado.

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