Primera semana transcurrida desde que tomé la decisión de realizar un giro a mis objetivos atléticos. Los entrenos se han desarrollado dentro de los esperado, rodajes cortos de alta intensidad y sesiones diarias de gimnasio para preparar muscularmente este veterano cuerpo.
Debo reseñar que no he estado sólo en mis sesiones diarias, una esperada compañera ha compartido conmigo algunos momentos, una pequeña y pertinaz bursitis en la parte inferior del calcáneo provocada por unas zapatillas algo duras en su talón, las cuales, esta mañana, he optado por ir apartando poco a poco del servicio activo tras volver a confirmar su culpabilidad en el asunto.
Aún no voy controlando el tiempo por kilómetro en los rodajes, pues lo que inicialmente busco son sensaciones, ya habrá tiempo para tal menester. Sin embargo he tenido que poner soluciones para irme deshaciendo de la compañera antes mencionada, los ejercicios excéntricos de Aquiles forman una parte importante de estas sesiones iniciales y parece que poco a poco abandona su intención de acompañarme diariamente en esta mi nueva aventura.
El cambio de técnica y de apoyos en la carrera es fundamental y por suerte todos aquellos gestos técnicos que adquirí hace tiempo, cuando la pista era mi única meta, no parecen haberse oxidado demasiado, a pesar, de haber notado una perdida de velocidad, frecuencia y amplitud en la zancada, algo por otro lado, lógico y normal, el tiempo no perdona.
Como se puede imaginar aún no he pisado una pista en una sesión de forma planificada y seria, pues de momento, no es lo fundamental en esta etapa y además, en una semana, es pronto para pensar en nada más.
La estructura en sesiones que sigo es muy básica: 7 sesiones a la semana, 6 activas y una de descanso, esta última, también es entrenamiento y forma parte, como siempre he considerado, de algo fundamental en el rendimiento de las otras.
Algunos progresivos tras el gimnasio para intentar transmitir la fuerza desarrollada en el hierro a la carrera, me han dado la seguridad de poder, aún, generar una zancada basada en el apoyo metatarsiano, aunque hasta que la bursitis no desaparezca del todo es preferible no insistir demasiado en dicho gesto. De todas formas si debo resumir las sensaciones obtenidas en estas primeras sesiones, no tengo de que quejarme, todo va, de momento según lo planificado.
La pista cubierta será el primer ataque en este nuevo objetivo.
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