lunes, 11 de febrero de 2008

Consejos de un mosquito.

Llegaron los dias calurosos y con ellos la posibilidad de viajar oculto en el globo ocular de algún corredor humano confiado. Algo quiero comunicar, no obstante, a mis congeneres mosquitos.Tened cuidado con la gota de sudor ocasional, si, esa gota que se desliza suavemente por la ceja, para terminar barriendonos de forma violenta y desconsiderada.

Y de aquellos humanos corredores que usan gafas protectoras, si compañeros, esos que aunque el sol niege su intensidad luminosa propia de esta estación, llevan esas gafas, las llevan incluso en el frio y nublado invierno. Otros humanos, ajenos a ellos, piensan que es por puro narcisismo, pero nosotros sabemos, queridos amigos mosquitos, que es una barrera contra los cuerpos extraños, una categoría en la cual estamos incluidos. El tomar en cuenta tal obstáculo puede traeros graves consecuencias y acabar empotrados y aplastados contra el traicionero cristal.Sin embargo, si conseguis embarcaros sobre el rostro escurridizo de algún humano corredor, sentireis una curiosa sensación, pues al picotear sobre su humeda piel obtendreis, inicialmente, un sabor salado, poco agradable para nuestro goloso paladar, pero pronto captareis otro mas dulce y espeso, un sabor distinto al acostumbrado en estas circunstancias.

Un fluido excesivamente oxigenado y lleno de vida, que os permitirá disfrutar, de verdad, del verdadero nectar de los dioses.Estos humanos corredores acostumbran a realizar grandes distancias a pie, ignorando, ayudados por su escudo ocular, nuestra presencia. A pesar de que algunos, de forma bastante desconsiderada, realizan sus rutinarios recorridos por la ribera de algún rio, donde somos más fuertes y hábiles, nuestros esfuerzos son inútiles, pues no pararán y os obligarán a alimentaros de su sangre de forma apresurada y poco eficaz, eso si sois capaces de mantener el tipo después de chocar contra alguna parte de su cuerpo acelerado y cortado por la brisa o bien contra el mencionado obstáculo ocular.Si de forma aleatoria os encontraís con algún humano corredor despistado que deja sus globos oculares al descubierto, tal vez, incitados por la luminosidad y viscosidad de su materia, intentaís introduciros en su interior. Hacedlo sobre sus parpados no entreis en la zona blanca, pues a pesar de ser atractiva para nuestro instinto, también nos resulta mortal, pues su pegagosa gelatina nos impedirá retomar el vuelo de nuevo.

Pero si por cualquier motivo, amigos mios, vuestrro vuelo se desvia y no conseguis posaros en alguna zona rosada y sudorosa y caeís en la zona blanca, morir con honor, pues vuestra muerte servirá, durante unos cuantos minutos, tal vez, para interrumpir la carrera del humano o quizá su disfrute de sensaciones.A fin de cuentas no solo ellos deben agradecer el uso de ese obstáculo llamado gafas, nosotros también, pues puede evitarnos la muerte y darnos una nueva oportunidad de iniciar un nuevo ataque.

Por mi parte yo he tenido suerte y como veís aquí sigo, revoloteando por la orilla de mi rio y esperando con ansiedad el dia siguiente, cuando mi humano preferido pase sudoroso y sonriente por mis dominios. Entonces atacaré su piel, su sangre dulce y oxigenada y observaré sus entrenos constantes para mejorar la calidad de su rojo nectar y una vez más dejar la marca de mi presencia.

Suerte queridos hermanos.

No hay comentarios: