martes, 27 de mayo de 2008

¿Cómo fue el comienzo de la mujer en el atletismo?


Fue Ferenice de Rodas, hija de Diágoras, vencedor en el Pancratium o lucha, la prueba más gloriosa de los Antiguos Juegos Olímpicos y hermana de varias ganadoras en los Juegos Femeninos, quien se vistió de hombre para aconsejar a su hijo desde el borde de la palestra. Esto era contrario a la norma que prohibía expresamente a las mujeres asistir como espectadoras a los Juegos masculinos, y casi le costó la vida.

Gracias a los consejos de su madre, y por méritos propios, Pisíropodos ganó la corona de laurel y Ferenice se precipitó a abrazarle. Se abrió su túnica, dejando al descubierto su condición femenina. Sólo el prestigio de su familia libró a esta mujer de la muerte. Lo extraño del indulto es la razón por la cual ha llegado hasta nosotros su historia.

Las mujeres, no obstante, tenían sus propios Juegos en la Grecia Clásica. Eran en el mes de Septiembre poco tiempo después de los masculinos. Al contrario que en Atenas, donde las muchachas se dedicaban a esperar a su futuro marido, Licurgo decidió que las espartanas compitiesen entre sí por "su rapidez y su fuerza, pues la misión esencial de las mujeres libres consiste en engendrar hijos vigorosos" Su prueba consistía en una carrera de unos 160 metros. La ganadora recibía una corona de laurel y un trozo de la vaca sacrificada a Hera, la diosa de la fecundidad, que representaba loa valores maternales.

Cuando a finales del siglo XIX el movimiento creado por el Barón de Coubertin puso en marcha los Juegos de la Era Moderna, a las mujeres no se les reservó ni unos Juegos paralelos.

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